El ayer en Montevideo se concentraron miles de uruguayas y uruguayos bajo la consigna "¡Que nos digan donde están! Contra la impunidad de ayer y hoy!”.
Desde 1996 cada 20 de mayo se realiza esta marcha en reclamo por justicia y memoria. Entre los rostros recordados se distinguen compatriotas argentinos, peruanos, chilenos, uruguayos desaparecidos en las dictaduras de cualquiera de los países del Cono Sur. Miles de compañerxs que fueron asesinados en un plan de exterminio selectivo y masivo, dirigido desde las oficinas del Pentágono y que permeó en cada casa, cada comunidad y pueblo. El comunicado oficial de Madres y Familiares dirige “el repudio más enérgico a las atrocidades cometidas, tristemente reivindicadas no sólo por sus ejecutores sino también por los generales y la oficialidad actual, que no temen por su honor cobijando en sus filas tales elementos”. La Marcha del Silencio en su 24° edición constituyó la muestra, una vez más, de que la memoria y la justicia no se exigen en sentido romántico sino real, con genocidas presos y políticas estatales que garanticen la no repetición.
Entre todos los compañeros presentes estuvo la carita de nuestro Negrito Floreal. A él lo secuestraron en Munro el 15 de abril de 1976 a las 2.30 am, lo sacaron encapuchado de su casa con su mamá. Lo torturaron y asesinaron los genocidas argentinos. Su cuerpito sin paz fue encontrado en la costa uruguaya el 15 de mayo de 1976 -un día después de su cumpleaños número 16-, y fue desaparecido por segunda vez pero por genocidas uruguayos. La familia del Negrito junto a Iris de Avellaneda -una de las militantes más coherente, aguerrida y alegre que tenemos- estuvieron allá encabezando la delegación liguista. Típico de Iris: no terminó de llegar y ya estaba en una radio siendo entrevistada. A la tarde el clima lluvioso parecía una caricia que ella recibió sin temblar, y más erguida que nunca levantó la foto de su niño y así, pequeña gigante, construyó lo que es un acto de solidaridad internacional, popular y estratégico en los tiempos que corren.
El nunca más es una exigencia de democracia plena de derecho, de no injerencia del imperialismo en nuestros destinos, es un grito unificado en toda nuestra Patria Grande que compone el ADN popular. Algunos dinosaurios trasnochados no entienden cómo el pasado condiciona el presente y crea futuro. Yo lo que creo es que hasta que el último de los compañeros desaparecidos sea encontrado, identificado, su historia reconstruida y su cuerpo esté con su familia; hasta que el último niño nacido en cautiverio encuentre su identidad y se reconstruya; hasta que cada casa, empresa, medio de comunicación sea devuelto a sus verdaderos dueños, la dictadura sigue actuando y el genocidio se sigue perpetrando. Por eso el grito de nunca más es un grito de justicia HOY. Por eso lxs jóvenes colmamos nuestras ciudades demostrando que sin Memoria, Verdad y Justicia no hay libertad, no hay patria, no hay vida digna posible.
Negrito Floreal Avellaneda PRESENTE
Negrito Floreal Avellaneda PRESENTE
Negrito Floreal Avellaneda PRESENTE
AHORA Y SIEMPRE
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