Comenzado el siglo XX Rubén Darío escribió "juventud divino tesoro". Era la promesa dea burguesía para el siglo XX, promesas de crecimiento, de desarrollo, de educación de bienestar, el capitalismo ofrecía toda clase de promesas a los jóvenes que empezaban la vida h podían estudiar, luego trabajar, en una fábrica y "avanzar". En el año 2004 -comenzando el siglo XXI- Eduardo Rosenzvaig escribió "los jóvenes son los nuevos indios". Había contemplado la Masacre de Cromañón y había llegado a la conclusión de que la juventud no tenía lugar en el capitalismo neoliberal, y por eso les ofrecían consumir hasta morir y morir consumiendo. La pandemia que arrasa los restos de civilización capitalista en el mundo si algo confirma es que esta es la etapa en que la juventud no tiene una promesa de futuro. En Argentina se ha estudiado la existencia de los "ni-ni", decenas de miles de jóvenes que no pueden ni trabajar ni estudiar. Ante ellxs la exhibición de la educación a distancia, en redes, virtual, o la propuesta de consumo utilizando los servicios de aplicaciones (de reparto) son una nueva ofensa. La juventud durante todo el siglo XX Protagonizó las principales experiencias de organización popular, de resistencia, de luchas anticolonialistas y revolucionarias. Durante medio siglo en la Argentina existieron centros de estudiantes universitarios muy poderosos, organizaciones barriales, organizaciones territoriales, clubes de barrio. Y a esa experiencia organizativa apuntó el Golpe de Estado del 76 arrasando casi todo. Luego del Golpe, no sólo operaron nos represores que rapidemente organisarían lo que nuestro Toto Zimmerman denunciaría como "gatillo fácil": una manera sistemática de eliminar "ni-ni". jóvenes pobres en las barriadas populares por medio de una fuerza armada llamada policía. Más grave que la violencia institucional y el gatillo fácil fue la irrupción de las ideologías ideas doctrinas concepciones individualistas. Para fines de la segunda década del siglo XXI el escritor argentino Piglia en una novela sensacional analiza que en EEUU dada la inexistencia de formas organizativas de resistencia el único camino para resistir y enfrentarse al problema es el camino individual que paradójicamente se transforma en el sumun del modo de vida norteamericano. El Unabomber, científico que se refugia en la montaña, sólo se aísla para desde allí mandar bombas por correo. Tan inútil como expresivo. La doctrina, las ideas del Unabomber se someten hoy de nuevo a la discusión puesto que él planteaba bastante certeramente que el camino del productivismo y el cientificismo sin límites destruiría a la sociedad. Estamos ahora entonces ante un desafío inédito para la juventud argentina, que es crearse inventarse formas organizativas propias seguramente muy distintas a las que protagonizaron el Cordobazo, pero no aceptar el convite liberal neoliberal burgués posmoderno de actuar solos. Solo no se salva nadie. Sólos el camino es alguna manera de consumir para morir o morir consumiendo. Y nosotrxs lo que queremos es que todxs vivan y vivan bien.
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