Uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Dr. Rosenkrantz, ha expresado sin eufemismos su posición conservadora y neoliberal respecto a los derechos, y no ha sido solamente a través de sus sentencias. En esta ocasión sus dichos fueron en el marco de una conferencia organizada en la Universidad de Chile bajo el título “Justicia, Derecho y Populismo en Latinoamérica” en el que no desaprovechó la oportunidad para atacar al movimiento nacional popular peronista, atacar a la más emblemática dirigenta y militante como ha sido la compañera Eva Perón. Con total desparpajo un juez de la Corte Suprema contradice a la propia Constitución Nacional que ha incorporado los Tratados y Convenios Internacionales en derechos humanos en su artículo 75 inciso 22, como es el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales entre otros, y niega la existencia de “pueblo” que el propio preámbulo menciona: “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina…”.
Un avance más de esta Corte Suprema que, sin titubeos, marca su posición ideológica y política en defensa de las élites y sectores económicos dominantes, y jamás de las mayorías. Esta Corte brinda batalla al poder político segura de ganar, pues hasta la fecha no hay reforma judicial, no se ha solicitado juicio político a la Corte Suprema ni por éste cortesano antiderechos ni por tantas decisiones judiciales antidemocráticas, antirepublicanas y anticonstitucionales: con los anuncios últimos corremos el riesgo de estar nuevamente ante un maquillaje como es aumentar solamente el número de miembros del más importante órgano del poder judicial.
Si para muestra basta un botón, lo señalado por Rosenkrantz prueba que hablar de “democracias constitucionales” a secas, desconociendo que las políticas económicas capitalistas generan explotación, profundizan las desigualdades sociales, excluyen a los trabajadores de la educación y la salud, y reducen al Estado a ser únicamente instrumento de control y represión ante los reclamos sociales, nos lleva a un camino sin retorno. Será porque en verdad ser conservador y neoliberal es despreciar a la verdadera democracia, la que históricamente no nació con el liberalismo político ni económico aunque muchos se rasguen las vestiduras. La que hasta la fecha adolece de profundidad en perjuicios de las mayorías populares y creando espacios para el nacimiento de los monstruos de la historia, el fascismo.
REFORMA JUDICIAL YA
JUICIO POLÍTICO A LOS CORTESANOS ANTIDERECHOS
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